¡Todo Por unas Líneas!

Era un día normal en la Ciudad de México (o Ciudad Monstruo, oí decir en algún lugar), camino por la calle de mi colonia y veo un bonito templete que se dispone en la plaza del mercado - ¡Va a haber fiesta comunitaria! – me emocioné.

De pronto, veo unos carteles que anuncian la llegada de “nuestro delegado”, “por el cuál votamos” (completa alguien a través de un altavoz instalado en un carro).

- Achis!, ¿yo voté por ese panzón mal encarado?-

Con la duda a cuestas realicé mis actividades del día y al regresar a la colonia de “mi delegado por el cual (todavía no estoy segura) voté”, noto la basura que hay en la plaza del mercado, - A de haber estado bueno el huateque – y entonces, mientras recogían los restos de la tarima y la lona para no dejar rastro de esa fiesta delegacional, noto una gran manta que dice: “¡Estamos cumpliendo!, arreglamos las calles!”.

Me preocupo.

Busco desesperadamente mi bache consentido y para mi alivio todavía sigue ahí junto con todos los demás, (y no es que no los aprecie pero uno no desgracia llantas igual que con ese que está a media calle). Concluida mi preocupación me pregunto, ¿Y entonces qué arreglaron?.

En busca de respuesta caminé analizando lo que podría ser una manita de gato a las calles de la colonia. En mi trayecto pasé junto a unas señoras que conversaban afuera de una estética y como enviadas por Dios para resolver mis preguntas, una le dice a la otra: “Pues el delegado vino a inaugurar que habían pintado las líneas de las banquetas”.

¡Ándale Pues!, Todo eso por unas líneas.

Ahora nomás falta que me encuentre con alguna señora que me diga si voté por ese…"mi delegado”, y si lo hice, ¿por qué nadie me detuvo?.

Si conocen a alguna…denle mi teléfono.