El silencio no puede ser la libertad del abandono. No nos descubrieron, ya estábamos aquí vibrando como especie humana. Pedimos un minuto de silencio antes de iniciar este acto simbólico, para meditar profundamente en todos aquellos en todas las cárceles del mundo que no puedan participar en este acto conmemorativo por el derecho y la igualdad de los pueblos del mundo como una sola nacionalidad, el ser humano. Esto nos lleva al recuerdo de la conmemoración del primer encuentro continental en 1992 realizado en la gran Tenochtitlán al que acudieron todos los pueblos del mundo convocados, marcha trascendental de solidaridad con los pueblos del mundo que se inicio en la ciudad de México en el monumento a los niños héroes de Chapultepec, quienes fueron victimas de la intervención norteamericana en 1847 el 13 de septiembre.
En este monumento histórico considerado como el altar de la patria mexicana, se reunieron los 79 pueblos sobrevivientes de las masacres que iniciara Hernán Cortés y que continuaran todos los exterminadores de nuestros pueblos en América Latina como una caza selectiva de lo que ellos consideraban nuestros dirigentes.
Nosotros no tenemos caciques, tenemos héroes simbólicos como Tecun Uman, como Cuauhtémoc, como Xicotencatl, como Atahualpa, como Lempira, como Yon Sosa, como Ernesto “Che” Guevara, como Emiliano Zapata, como Sandino, como todos los innombrables, y así la marcha partió lentamente cantando canciones, regando flores, y bailando y danzando al compás del tun tun de teponaztles y tambores de tunkules y toques de caracoles con chinchines y sonajas.
Era el espíritu de la pachamama que se integraba al de Ixchel, de Tonantzin, cuando el pueblo aquel enardecido en San Cristobal de las Casas, Chiapas, ahorcó la estatua del monumental Diego de Masariegos, y fue jalada por las comunidades tojolabales, mames, tzotziles y todos los pueblos mayas chiapanecos, cayendo al suelo y pasando a ser parte de un recuerdo de la humillación que aun persiste entre las castas divinas, entre las castas políticas, entre las castas electoreras.
Así mismo la marcha se encontró con ese monumento gigantesco de Critobal Colón, los participantes y el pueblo enardecido puso una soga en el cuello de Cristobal Colón, comenzó la puja y llegaron los escuadrones de granaderos a capturar a los hechores y a proteger ese monumento que debe cambiar de lugar y mandarlo hasta donde debe de estar, el origen de donde partió, y no protegerlo con bardas, mantas, plásticos, del bombardeo histórico de huevos podridos y toda clase de heces fecales, porque permanece resguardada por policías que protegen el espíritu de su casta divina gobernante, de los uniformados con traje sastre y de corbata que detentan la autoridad que ellos mismos se han atribuido. El minuto ha concluido. Venceremos. (MOIEVAZEN 12 de octubre 2007 )
Este texto y el audio que les dejo ahora titulado "Mis Raíces" es una invitación a pensar sobre nuestro falso sentido de mestizaje, y más aún, a relfexionar sobre nuestras raíces. ¿en dónde está tu ombligo?