Un mes después...... él se fue y con él mismo se fueron mis palabras.
Me gustó cada una de ellas.
Se llevó la articulación de mis oraciones.
Todo lo que sale de mi boca se ha vuelto carne trémula,
se traba. No ve la luz.
Él se llevó toda la profecía de mi vida. Estoy sola.
Un mes después, ahora más envejecida,
busco mis palabras borradas.
Llega un minotauro.
Toma el fuego y quema la punta de mi pluma para licuar la tinta.
Brotan palabras,
se mezcla la rabia de saberte en profecías ajenas,
enjugándote en otra historia,
escribiendo en otras páginas,
amando otra naturaleza.
...
poco a poco, esa rabia se transforma en…(Texto y Foto: Lila Sarai)