Un Comienzo Turbulento

Estaba pensando cuál sería mi primer publicación del 2009. Ya tenía algunos prospectos: fotos de viaje y escritos que he realizado recientemente. Sin embargo, no podría publicar nada más que unas letras que llegaron a mi correo por parte de unos entrañables de mi corazón.

No podemos apagar las luces para fingir que en la oscuridad de nuestra habitación nada más que el espanto de la indiferencia sucede. Y aunque pareciera que eso oscureciera el inicio de año, la verdad es que sólo es la continuación de la putrefacción en la que la sociedad se está sumergiendo.

¡Alto a la Guerra! ¡Cese a las hostilidades contra Gaza!

Las Cosas por su Nombre

¿Qué nos queda al ver las imágenes del horror?
Gritar, expulsar el veneno de la costumbre,
vomitar el asco del tóxico embrutecedor.

Inundar el cuerpo con el aire puro del grito
de la santa indignación.

Limpiar los pulmones de tanta basura cotidiana,
vociferar hasta que sangre la garganta.

Llamar, de una vez por todas, a las cosas por su nombre.

Muy claras son las cosas,
y la honestidad impone llamarlas por su nombre:
al crimen de guerra, al crimen de lesa humanidad y al genocidio.

La destrucción de toda la infraestructura
que posibilita la vida humana en conglomerados urbanos
es un crimen contra la humanidad.

El bombardeo de áreas civiles desprotegidas
es un crimen de guerra,
y la demolición de edificios civiles
y residencias particulares con seres humanos adentro
es genocidio.

De poco les servirá tratar de ocultarlo al mundo:
lo verán en sus ojos cuando crucen miradas,
lo sentirán cuando sus hijoles les pregunten:
¿Y tú qué hiciste en la guerra, papá/mamá?

Udi (2008)

NOTA - Les deseo que este sea un mejor año y que todo lo que hagan sea para construir, más temprano que tarde, el mundo que todos hemos soñado. ¡Feliz Libertad!